Conocerás mis puntos cardinales.


miércoles, 19 de octubre de 2011

1.El pasado acompaña a MO como una sombra pegada al cuerpo

jueves, 13 de octubre de 2011

De un tiempo a esta parte, comencé un nuevo camino. Una nueva parte de mi vida, que tenia idealizada. Pensaba que todo sería diferente. Y sí es diferente, pero de una manera distinta a la que yo imaginaba.
Me siento fuera de lugar, me molesta hacer comentarios y que nadie los escuche o los ignore. No me considero una persona "maja", quizás de sensación de borde. Simplemente me canso de ser agradable, de estar siempre con sonrisas falsas, midiendo cada palabra cada gesto por miedo al que dirán y de comenzar conversaciones sin sentido, sólo por hablar.
Me preocupa, me preocupa enormemente caer en la rutina de llegar, sentarme, esperar a que se acabe la clase, para ir al váter (tardando siempre un poco más de lo necesario, evitando así conversaciones inútiles), sentarme de nuevo y esperar a que pase el día entre gente cuyas caras empiezo a reconocer, pero no me terminan de caer.
Me convertí en alguien diferente, perezosa y uraña...

lunes, 10 de octubre de 2011

Podría escribirte un millón de cosas, podría perder todo mi tiempo en ti, incluso podría seguir colgada de tu sonrisa. Pero me he dado la cuenta de que nada de eso vale la pena, de que tú no vales la pena. Muerto el perro se acabo la rabia.

viernes, 7 de octubre de 2011

De vuelta a casa de madrugada.
Otra vez las mismas calles, los mismos coches, la misma gente. Podrías volver a casa con los ojos cerrados o saber quien te habla con los oídos tapados. No hay nada mejor que estar de vuelta.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Por esos días reventados, al amanecer.

lunes, 3 de octubre de 2011

Deberías haberte dado cuenta de ello hace ya tiempo, puede que por los múltiples avisos de aquellas personas que te aprecian. Por mucho que te taparas los oídos o fingieras tener ceguera. De sobra sabías que todo lo malo dicho era verdad. Resultó que realmente estabas ciega, ciega y encaprichada, aunque no valiese la pena. Seguías recordando y soñando que volviera.
Lo de la otra noche, te ha servido para caer en la cuenta, de golpe, ya no lo ves como antes ya no recompones sus gestos una y otra vez en tu cabeza. No necesitas de él y eso te hace ver que ya lo has superado.
Por eso hoy es un día feliz, tocado y hundido, porque esta vez el juego lo tienes ganado.