Aunque todos piensen, que esto es un gran salto, lo que nos separa de la niñez, lo que nos une a la madurez. No cambiará nada, salvo el concepto que la gente tendrá de ti. Cosa que no ha de importarme.
A pesar de todo, siento un cosquilleo en el estómago, unas ganas locas de que pasen las horas, y un deseo incontrolable de sonreír ante lo que me queda por vivir.
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