Conocerás mis puntos cardinales.


domingo, 25 de octubre de 2009

¡Quiero ese sapo!


Es de chiste, no, es aun mejor que aquel chiste. Creo que voy a dejar de leer historias de amor de adolescentes. Es imposible que aquel sapo, pueda llegar a ser un príncipe, aunque tenga esa mirada tan profunda y un aire tan distinto, nunca dejará de ser un sapo. Y realmente es una verdadera pena, ya que no podré aprovecharlo. Me tendré que contentar con los que salen ranas.


En este mundo hay dos clases de chicos aquellos que sin quererlo llaman tu atención y estos que por más que lo intenten nunca llegarán a buen puerto. Por mucho que tu pongas todas tus intenciones en intentar verle como un verdadero sapo, para ti no sera más que el premio de consolación. Aunque llegará otra que le vea cómo su sapo.

Ahora entiendes mi preocupación! ¿Como puedo estar comparándolo con un sapo? Esto es peor que un mal chiste.

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