Luces de colores, prisas, compras y más prisas. Llegado el mes de diciembre, la noche se hace más larga, las luces adornan las calles y el frío es menos frío.
Aunque aún falten unos días, la gente cambia de humor, ves sonrisas, gestos amables y favores. Allá donde mires. Abrá gente que opine que todo esto, ha traspasado un límite, que no debería haber tocado.
Puede que sea verdad, como es cierto que me encanta respirar este aire de felicidad.
Ojalá me llevasen consigo y perderme entre los copos de nieve y el calor del fuego.
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