Deja de decir que no fuiste porque no te dejaron y por tanto no pudiste, deja de llorar porque no tuviste la oportunidad de viajar ya que, no había billetes para ese día; Deberías haber ido a escondidas o haber viajado otro día, pero sobre todo, no tenías que haber puesto tantos límites a tu voluntad. Admítelo, en el fondo, no quisiste y por eso todo salió mal.
Querer es poder
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