Nada se pierde, todo se transforma. Aprenderemos a ser de otra manera, nos perderemos entre las dificultades y las superaremos. Transformaremos aquello que no nos guste o quizás nos resignemos y seamos nosotros los que nos transformemos.
Como todas aquellas fábulas un día contadas antes de dormir, de cada nueva experiencia perderemos la inocencia y la transformaremos en experiencia. Nos acordaremos de todas las frases y dichos que alguien un día nos contó y que influyeron sobre nosotros.
Muchas veces daremos más de lo que deberíamos y otras recibiremos menos de lo que nos merezcamos. Quizás demos de menos pensando que no es necesario y recibiremos de más.
Porque lo que no nos mata nos hará más fuertes.